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Las hortalizas de hoja: las más fáciles, rápidas y productivas del huerto urbano

Las hortalizas de hoja (lechugas, rúcula, acelgas, espinacas y escarolas) son fáciles y rápidas de cultivar. Además, podemos ir consumiendo las hojas que necesitemos para nuestras ensaladas sin tener que arrancar toda la planta, que seguirá creciendo hasta que llegue el momento de reproducirse, dando flores que se llenarán de semillas. Las hojas son comestibles desde el mismo momento en que nacen, lo que nos permitirá consumirlas crudas.
Existen multitud de variedades de todas ellas, por lo que las podremos cultivar en nuestro huerto durante todo el año, eligiendo en cada momento la más apropiada para la estación en la que nos encontremos.

El tomate

De la familia de las solanáceas, debemos saber que podremos elegir entre multitud de variedades en función del uso que queramos darle a sus frutos. Para espacios pequeños podemos optar por las de porte determinado, con matas de tamaño más controlado.
Es necesario poner un tutor e ir atando la rama principal, sin estrangularla. También eliminar los brotes axilares para que no quiten fuerza al desarrollo del resto de la planta y al engorde de los frutos.
Si cultivamos tomates de colgar, debemos cortar todo el ramillete cuando el primero de los tomates empiece a cambiar de color.
Colgarlos en lugar fresco y seco para conservarlos durante varios meses.

El pimiento

Debemos tener la precaución de separar los pimientos dulces de los picantes en nuestro huerto, ya que es muy fácil que se dé una hibridación de manera natural.
No es necesario ponerles un tutor excepto en las variedades de frutos más grandes, que pueden doblar las ramas debido a su peso.
En pleno verano es normal que ralenticen su producción. Observaremos que el cuajado de frutos se detiene, aunque los ya formados seguirán engordando. Cuando las temperaturas dejen de ser tan calurosas, continuarán con su ciclo normal.
Existen infinidad de variedades de pimientos, dulces y picantes, alargados o en forma de bola, pero casi todos se vuelven de color rojo al alcanzar su madurez, que es cuando podremos estar seguros de que sus semillas serán viables si queremos guardarlas para el año que viene.

La familia de las cucurbitáceas

Calabazas y calabacines, pepinos, sandías y melones presentan una particularidad que las hace diferentes: la presencia de flores masculinas y femeninas.
Podremos diferenciarlas si las observamos bien: las femeninas siempre presentan un pequeño fruto detrás de la flor (un pepino minúsculo, una calabacita, etc…).
Si ha sido polinizada, el fruto engordará. Si no, se secará y no prosperará.
Si cultivamos pepinos y tenemos poco espacio nos ayudará colocarles un tutor para que crezcan en vertical. Un par de matas son suficientemente productivas para una familia.